Noche de reptiles en la colonia Condesa…
por: Bernardo Ameneyro Esquivel
twitter: @nayoameneyro
Luego de que nuestros amighochos de Terrícolas Imbéciles nos hicieran favor de compartir el trabajo de Pellejos, por fin se nos hizo que el calendario dejara caer sus hojitas para que llegara el día de la presentación oficial del disco “Soy Cavernas” en el Bajo Circuito, una verdadera cátedra de lo que a performance se refiere con un invitado muy especial, El Muertho de Tijuana y claro los maestrazos del rock sucio y ruidoso, muy raro en tiempos de mirreynato donde cada vez más “músicos”, sueñan con fama y fortuna y prefieren hacerse los güapos antes de tocar rock.
El primer turno correspondió al invitado especial, directamente de la afamada ciudad fronteriza de Tijuana, El Muertho, tipo provocativo y vociferante, quien aprovecho la invitación de Pellejos para talonear ahora a la raza chilanga para contar su historia, de cómo se le metió el Diablo a través de melodías escabrosas, un performance obscuro que de manera antagónica, pretende dar luz a nuestra cultura mocha, persignada, retrógrada y desinformada.
¡Estamos en el 2015 y todo se vale! decía con mucha razón el otrora ser humano, conocido como Balthazar Hernández, que dejó los chalecos verdes con árboles de navidad y las cenas fastuosas con su entonces esposa y dos chavos para vestir gótico y esconder tras el maquillaje la podredumbre que dejo en sus facciones el haber estado vivo en un mundo donde nadie habla de tener varias esposas, pero armonizadas, o varios esposos, si así lo necesitas o del derecho a ser gay, lesviana o lo que sea, menos violador, y claro de bajar la mayoría de edad a los 12 años.
Letras de tinte gótico, declamaciones acompañadas solo con sintetizador, El Muertho de Tijuana, provee de historias harto divertidas, ácidas, melancólicas, tripeadas y por supuesto contestatarias al puto sistema establecido, es de los pocos que terminan por convencerte en menos de 1 hora de mantener la menta abierta y no solo obedecer a los “especialistas” a escuchar o disfrutar tal o cual cosa.
Los temas elegidos para la noche fueron: “Satánica”, dedicada a una ex novia muy coqueta que no le daba ni la hora, una de tantas malandras que provocan al personal; “El Averno”, “Rock para Satán” y “El Lobo”, sin duda el tema de la noche, un clásico tema de música infantil, que hizo pedazos para darle una nueva versión de un lobo enfermo que necesita de viagra y tanga para corretear a la chica de la caperuza roja.
PELLEJOS
Pasados unos minutos, llegó el momento cuchi cuchi, la hora de saludar a una de las bandas más provocativas y honestas que tenga memoria, la crudeza y aparente desorden lírico logran darnos una buena perspectiva de lo que ocurre por las mentes de Daniel Guzmán, Ignacio Perales, Mariano Villalobos y Esteban Aldrete, grandes músicos de rock tieso, rock sin mamadas que por momentos cuentan historias que divierten, nos provocan reír de nuestra triste realidad y cuando es necesario hablan de cosas que como bien dicen a nadie les gusta señalar y mucho menos cantar pero sino lo hacemos, permitimos ¿o debo decir legitimamos? a la bola de putos asesinos que tienen al país de rodillas y de manera cínica ignoran con un cinismo irónico, tanto que no saben que acá abajo sabemos lo que hacen allá arriba y es nuestra responsabilidad, todos los días, hacerles saber que sabemos lo que hacen,que cada vez somos más y que cuando llegue la hora, nos organizaremos para no permitir que su avión de primer mundo no pueda aterrizar en un aeropuerto de tercera y que ni con todo lo que vale va a volar permanentemente, en algún momento, caerá de manera irremediable.
Los riffs ya sea agudos o graves son los encargados de arengar a su frontman a conectar con el respetable a través de su discurso lúdico, llenas melodías ruidosas, historias obscuras, cotidianas y que a pesar de esa cualidad, incomodan pues es más fácil ignorarlos: “La Muerte es Perfecta”, “Gente Poseída por Rock-Olas”, “Las Joyas”, “El Gas”, “Abuelita”, “Por los Caminos del Sur” y claro “Soy Cavernas” y “Sexo Ficción”.
Una gran noche que nos hizo recordar porque nos gusta lo que nos gusta y que no todo tiene porqué ser monótono, predecible, aburrido, la provocación perfecta para llenarnos los ojos de cocteles y dejar nuestra lengua como la de un oso hormiguero….
Todas las noches son buen pretexto de hacerse un peinado de pubis…
¡No se mueran nunca Pellejos!