Alebrije, el segundo disco en su etapa en solitario…
So pretexto de presentar su segundo disco como solista bautizado como Alebrije, el maestro, músico y productor Alejandro Marcovich se reunió con representantes de medios de comunicación para hablar de los 10 temas que conforman la placa donde imprime su estilo inconfundible, formado a través de los años desde que comenzó a hacer canciones a los 17 años.
El disco… Alebrije…
“Estoy presentando un disco que no presume de tener grandes letras, son fragmentos, son ideas de carácter minimalistas, aveces de dos líneas o un párrafo que se complementan con otras ideas musicales y es lo que propone éste disco que acaba de salir a la venta del cual estoy muy orgulloso por el resultado final y el haber trabajado con un grupo muy talentoso de personas que trabajaron para que esto fuera posible”.
“Representa un salto importante en mi carrera la cual defino y calculo desde hace 35 años, la primera vez que me subí a un escenario fue a los 16 años, en la ciudad de Puebla, tocando el bajo, a los 17 años empecé a componer canciones, en paralelo estudié música y ha sido una larga carrera, he hecho de todo, composición, arreglo producción, enseñanza en la cual llevo 15 años, he sido ejecutivo en una disquera, he colaborado para otros artistas, un camino largo que empezó cuando elegí la música en lugar de la física, pues pensé que iba a ser un camino más divertido que me permitiría expandirme como persona y fue un gran acierto”.
“Y digo que fue un gran acierto porque el dedicarme a la Física me hubiera contraído como persona, yo crecí como un niño tímido, introvertido, asmático y con una serie de problemas psicológicos que me impedían tener vida social, afortunadamente no me convertí en un sociópata y la música me impulsó a salir y le estoy muy agradecido”.
“Mi carrera en solista pudo haber comenzado hace mucho, yo tenía canciones desde que terminó la etapa con Las Insólitas Imágenes de Aurora en 1984, hice muchas canciones en el 87, intenté hacer una banda y no se dio y finalmente me incorporé como guitarrista del exitoso grupo Caifanes con el cual estuve seis años, he hecho música para películas, seguí a la enseñanza y aquí seguimos, tantos años después con un disco que refleja una identidad latinoamericana profunda, un híbrido representado en un Alebrije que es una especia de monstruo fantástico, yo no soy ni monstruo ni fantástico, soy de carne y hueso”.
“El diseño del Alebrije lo hizo Daniel Soto, un gran artista plástico que hace éstos monstruos en formato gigante y le encargué éste con especificaciones muy claras de mi personalidad y es en lo que me he convertido como músico que quería a los 20 años proponer una música rock con raíces latinoamericanas pero con la teatralidad y fuerza del rock, eso es éste disco, espero que sea de su agrado”.
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