El Investigador musical incansable…
por: Bernardo Ameneyro Esquivel
twitter: @nayoameneyro
Luego de que nuestros grandes amigos de My Rocket Music nos hicieran favor de compartir información sobre Alebrije, el nuevo disco en solitario del maestro Alejandro Marcovich, tuvimos la gran fortuna de platicar con el responsable de la encomiosa tarea de cimentar los primeros escalones de crear una verdadera identidad en cuanto al rock latinoamericano se refiere, un sonido propio que le permitió al arreglista, compositor y gran guitarrista, comenzar un largo trabajo que no sólo lo saca de su zona de confort, sino que demuestra una gran responsabilidad y avidez de conocimiento, un artista que lo ha vivido prácticamente todo y ahora devuelve al género que lo llevó a los cuernos de la Luna algo de lo que carece: sentido de arraigo y de pertenencia.
La evolución de Nocturnal a Alebrije y el gran trabajo de investigación para encontrar la identidad del Rock Latinoamericano…
“Nocturnal fue viví una etapa de arreglista, guitarrista y productor, de compositor no, porque me dedique durante unos meses a elegir algunas canciones en la tranquilidad de mi casa, escuche muchos discos e iba eligiendo temas donde me interesaba incluir nuevos arreglos, logré tener un repertorio de música latinoamericana, en particular mexicanas que me parecía que eran dignas, sobre todo porque fueran canciones muy conocidas en el plano internacional y el reto fue desvestirlas y volverlas a vestir, fue un ejercicio de imaginar que cada uno de esos temas los había compuesto yo con mi guitarra para después vestirla con arreglos; por ejemplo, una canción de mariachi se le pueden sumar arreglos orquestales o de banda, es una canción que la podría cantar cualquiera es un pilar y se le ha vestido de diferentes maneras y me propuse quitar todo el prejuicio, agarré la guitarra y comencé a tocar y de repente sin darme cuenta comencé a jugar con la armonía, tocando un acorde menor y esta cambiaba dándole una dramática diferente a la canción, se volvió obscura, esa tonalidad te hace sentir otras cosas”.
“Con el paso de los años descubrí, gracias a mis estudios en teoría musical y mi simple praxis me di cuenta que la armonía y orquestación son elementos que pueden manipular las emociones, una canción que dice una cosa te transmite un mensaje pero la orquestación o la vestimenta manipula la percepción de lo que se dice, puedes llegar a diferentes planetas; empecé a jugar con temas como “No Volveré” (Esperón y Cortázar) se convirtió en una canción con tono menor con un ritmo diferente al original; “Gracias a la Vida” (Violeta Parra), una canción muy famosa de manufactura chilena es muy triste y todos los que la cantan respetan eso y yo empecé a forzar poco a poco la canción hasta que al final descubrí nuevos arreglos”.
“El Ep Nocturnal tuvo gran aceptación, mucha gente me pide que la vuelva a reeditar, ya veremos; en síntesis no lo veo como un primer paso en mi carrera de solista porque no compuse las canciones, son un ejercicio de arreglo, orquestación y dramática y quizás en algún sentido pudiera ser que acercamos dicho repertorio vernáculo tradicional a nuevas generaciones que con un sonido de rock puedan digerirlas de manera diferente”.
Anécdota… “Un amigo, músico y compositor escuchó el tema de “Gracias a la Vida” y me dijo: Te odio porque ahora ya me gusta la canción, antes no me gustaba… pero con mi arreglo la escucho, la reconoció y terminó gustándole”,
Alebrije… ¿Podemos considerarlo un trabajo de investigación?
“No sé si podamos considerarlo un trabajo de investigación, es un trabajo de una búsqueda de resolver estas dos tensiones entre ser orgullosamente latinoamericano, con la identidad musical y a la vez aceptar una influencia de cosas que hemos absorbido desde adolescentes sea por invasión mediática o lo que sea de música extranjera; ahora bien, hay que revisar la historia, cuando llegaron los españoles y traían esclavos negros, la música veracruzana se hace un híbrido de música africana y música española, es lo mismo que le pasó al Malambo argentino y afin de cuentas todos los charangos, guitarritas, ukuleles que hay en el Caribe y el Cuatro venezolano y la Jarana veracruzana son modificaciones de instrumentos que venían del país colonizador, entonces hay que entender que toda la música que hay en México es mestiza y no prehispánica, esta última no la conocemos, no sabemos cómo fue, sabemos que había flautas, tambores, pero no sabemos cómo eran las melodías ni los ritmos”.
“Yo usé un ritmo pretendidamente prehispánico para el arreglo instrumental de “Afuera” y es un ritmo que escuche mucho cuando bailan los Concheros (grupos de danza ritual) y tocan con unos teponaztles; es un ritmo híbrido de acentuación de 6/8 y supusimos que es un ritmo prehispánico”.
“Soy un investigador nato, estudié dos años de Física la U.N.A.M., abandoné la carrera al quinto semestre pero mi espíritu de investigador persiste y lo aplico a la música; cuando llegué a México pues era extranjero, pero que hablaba el mismo idioma y con muchas cosas en común al ser también latinoamericano, llegué con una visión aérea, analizaba con mucha ingenuidad los nuevos estímulos, desde ajustar mi paladar, mi acentuación (forma de hablar) y claro a conocer la música como el mariachi, la música veracruzana, el mambo y danzón que aunque son cubanas ya estaban enraizadas aquí y escuché a Rigo Tovar y toda esa música que todos los rockeros despreciaban o ignoraban, todo eso lo empecé a absorber acústica y emocionalmente com parte de una esencia que complemento lo que había aprendido en Argentina”.
“Entre los 20 y 21 años tomé la decisión de crear para mi una guitarra eléctrica latinoamericana, pensé: no sé cómo ni por dónde empezar pero lo voy a hacer”…
“Descubrí que entendemos la guitarra eléctrica latina como sinónimo de Carlos Santana, eso es lo que se piensa a nivel internacional, porque él tuvo una gran presencia con su discurso y decidí tomar partido, lo escuche desde la secundaria, me gusta y entiendo más o menos su mundo, pero también me di cuenta que Latinoamérica es mucho más grande que eso y me pregunté ¿qué tal si lo empiezo hacer yo? y obvio no sabía ni por dónde empezar”.
“Del año 81 al 94 que fue cuando se grabó el disco Nervio del Volcán (Caifanes), pasaron muchos años y se logró un hito de la guitarra electrónica Latinoamericana, el requinto de “Aviéntame”, “Miedo”, “Aquí No es Así” y “Afuera” me hicieron ver los primero frutos, sentí que lo logré y ese proyecto sigue vigente y se aplicó a Nocturnal, le di mucho peso a la voz de la cantante y no protagonicé tanto con la guitarra pero sí se ve el trabajo como en el tema del bolero “Nocturnal” donde hice un requinto de bolero que nunca lo había hecho y ahora que hago Alebrije, se nota la diferencia con la música que hice en Caifanes hace 20 años donde mis arreglos de guitarra estaban superpuestos a canciones de Saúl Hernández que el hacía con su guitarra acústica, desnudas nos presentaba las armonías y acordes como en “Miedo”… Mi Menor, Si Menor y el rasgueo pero nada más y entonces Alfonso André en la batería y yo en la guitarra empezamos a empujar las canciones a un universo de rock donde comencé a aplicar todo lo aprendido en la investigación previa donde el objetivo era tocar una guitarra eléctrica Latinoamericana y empecé a meter requintos”.
“La diferencia de eso con lo hecho en Alebrije es que están compuestas por mi como un Bolero, como un Cha cha cha, como un Mambo, o sea ya están diseñadas desde la raíz por lo que se puede percibir como el inicio del resto de mi carrera, un futuro donde mi carrera ya no es Rock (tradicional), sino un Rock Latinoamericano porque la raíz rítmica y genérica ya no es una canción de Rock británico y encima unos acentitos, No, es una Cumbia compuesta por mi con la misma picardía que caracterizan al género”.
“La primera vez que agarré una guitarra fue a los 9 años y las primeras canciones que me enseñó mi maestro no eran de The Beatles ni de Rock, eran canciones folclóricas argentinas”…
Un poco de historia, sus orígenes y su formación…
“Tengo toda esa historia que me permitió nunca tener un problema de identidad, cuando llegué a México choqué con músicos contemporáneos porque percibí que tenían un complejo de identidad, no sé si la palabra complejo es muy fuerte pero incluso Octavio Paz en El Laberinto de la Soledad, analiza que el mestizaje generó un complejo donde renegamos de nuestras raíces indígenas y te pintas el pelo güero y no aceptamos esa parte de nuestra identidad”.
“Mis dos familias llegaron a Argentina de Europa del Este, escapando de persecuciones racistas contra los judios, de principios del siglo XX; a pesar de eso yo me percibo Latinoamericano, aprendí a tocar folclore argentino y nunca me interesó tocar canciones rumanas de donde venían mi abuelo Marcovich, tampoco las ucranianas, no conozco la cultura de esos países, en mis genes están, pero mi cultura es latina; no soy un extranjero en el continente y menos en México porque sólo vivi 15 en Argentina y llevo 39 años viviendo en México, quien diga que no soy de aquí pues esta equivocado”.
“Todo lo anterior es un poco la síntesis de porqué existe Alebrije, tiene que ver con ese flash que tuve en un cuarto de ensayo en la colonia Del Valle a los 21 años con la guitarra colgada, mis compañeros según recuerdo no estaban, era un descanso y tuve esa visión, no sabía si me la había mamado o ya lo había hecho alguien o si sonaba como Santana…”
“Descubrí el espíritu como músico y me di a la tarea no de rescatar sino valorar y conocer nuestras raíces”…
De la falta de identidad y reconocimiento a grandes músicos locales…
“Tenemos una gran historia de requintos como Chamín Correa y el Güero Gil, recuerdo mucho a B.B. King, de quien aprendí mucho, lo vi tocar y fue impresionante, él llegó del fondo del escenario y tras la presentación por parte de su banda, llegó con una gran sonrisa, enchufó su guitarra, puso el dedo en una cuerda emitió una sola nota, me quedé helado, lo había dicho todo…; en muchas entrevistas dijo que en cada nota se debía contar la verdad y en alguna ocasión me encontré un libro donde enseñaba a tocar Blues con un disco y lo aprendí a tocar, lo toque muchos años, el impacto que produjo esa nota estaba llena de energía, él dio el alma en esa simple nota y en alguna entrevista que le hicieron, leí que reconoció que en México había unos guitarristas tremendos, pero no dio nombres, me quede pensando muchos años ¿a quien se refería? a Javier Batiz o ¡¿a quien?! y luego me cayó el 20 y pensé que en algún viaje vino y en algún restaurante donde hay Tríos amenizando la comida y le llamó la atención que en ese momento estaban en pleno apogeo Los Panchos, Los Tres Ases, etc. en realidad no importa a quién se refería pero seguro estoy que hacía referencia a los requintistas de los tríos ya que todos tenían guitarristas especiales, el hecho es que él sí se fijo y aquí nosotros no lo hacemos”.
¿Qué es lo que falta para tener sentido de arraigo y pertenencia y presumir lo que somos?
“Me hiciste recordar la plática de un par de músicos que me compartieron; Uno le preguntaba en tono enojado: ¿Porqué tuvo que venir un pinche argentino a enseñarnos a tocar la guitarra eléctrica mexicana? (risas), no sé si lo dijo con cariño u enojo o decepción de que no lo haya hecho un mexicano, claro tenemos a Carlos Santana pero pues él se siente gringo me encantaría preguntarle porqué no viene a tocar más seguido acá, pero bueno, lo respeto mucho como artista”.
“En México siempre que se habla de Rock se le pone como un músico de aquí cuando él hizo su carrera allá para nunca más volver, igual es nuestro orgullo y me pregunto si yo que nací en Argentina pero llevo más de 35 años de carrera en México y me propuse rescatar todas esas raíces ¿Cuándo me van a reconocer como músico mexicano?”.
“Tal vez la razón tenga algo que ver con que una marca transnacional como Starbucks venda café en un país con uno de los mejores cafés del mundo, ¿porqué no se le ocurrió a un mexicano presumir el café de Chiapas o Veracruz? y no hablemos de la llegada de McDonalds que en la inauguración de la primera sucursal había cola desde las 6:00 de la mañana para comer una porquería cuando hay una cocina mexicana que es presumida por todo el mundo”.
“Hay música mexicana de exportación, los mariachis tienen mucho éxito fuera, los Tríos tuvieron giras internacionales, era música orgullosamente mexicana y digna de reconocimiento en todo el mundo”.
“Cuando me vi al espejo a los 20 años y repasé que llevaba años tratando de sacar los requintos de Jimmy Page y no sé quién más y me di cuenta que ni me salían y entendí que ya tenían años de existencia, empecé a sacar frasesitas cumbiosas y caí en cuenta que me salía más fácil y al tocarlo sentía bonito, como bailar un Cha cha cha, también sentimos sabroso en cambio si estas en un rave pues no lo entiendes”.
“Cuando escuchas Alebrije me escuchas tocando en frases en escala pentatónica con raíces folclóricas o en escala menor armónica con raíces de Tríos o en escala mayor ingertada en el Cha cha cha o Cumbia y me encontré en mi plataforma probablemente sí de inicio, los que dicen tu fuiste y serás caifán siempre y no eres nada sin ellos o viceversa pues aburre, soy Alejandro Marcovich y soy esto y no tengo que dar explicaciones porque sino estaría jodido, es lo que me sale de los poros”.
“De chavo admiraba mucho las portadas de las revistas con un Jimmy Page y pensaba: yo quiero ser así y pues no, ahora tengo compas veracruzanos que tocan el arpa maravilloso y me siento más identificado”.
“Fue muy importante para mi haber estudiado en la Facultad de Ciencias, me forjó un método científico que me permitió entender la frase de estar parado sobre los hombros de gigantes de Isaac Newton, se trata de ver más lejos y dar un paso más allá; ahora tengo mi discurso, mi guitarra tiene esa raíz porque ellos inventaron el rock y los disfruto mucho cuando lo escucho pero hasta ahí, pero también es verdad que todos ellos fueron investigadores que tuvieron que empaparse de Rockabilly el Rock and Roll, el Funk y Blues”.
“Tengo como 45 años tocando la guitarra y mi investigación se basa en escuchar y apreciar y tomar nota de estilos más que memorizar, de chavo lo intenté pero no le vi caso, lo que se necesita es saber de lo que esta hecho y seguir, llegó un momento que me dejó de interesar aprenderme las canciones y di el siguiente paso, encontré una nueva forma de estudiar los métodos de lo que me llegaba a interesar”.
Su etapa en la docencia…
“Tengo alumnos de 13 a 40 años, no soy un maestro ortodoxo que te siente y te enseña un curso de armonía, he dado clases muy diversas, los llamo Talleres de Guitarra y en realidad son de música para guitarristas, tienen como objetivo de formar músicos que toquen la guitarra, es es muy diferente”.
“Se trata de atreverte a acercarse a clásicos y entender las armonías de Mozart o la música de 1700 y entender la manipulación de la armonía y escala, son los ladrillos de la música actual exitosa, se trata de valorar esas raíces y no perder el tiempo valorando bandas famosas y se pierdan la historia de 300 años ya que no tienen nada que aportar; como músico puedes diseñar una banda de rock pero hay que conocer las raíces para desarrollar algún genero; hay que saber que muchos de ellos son de Conservatorio con formación académica y en México hay poca escuela, no hay validación ni estudio de esa música sobra la que se sostiene el rock”
“Yo les enseño y hago referencias para que ubiquen la conexión de lo que les gusta ahora con lo que se hacía en ese entonces, mostrar los ladrillos, no se trata de aprender un solo que escuchaste de Alejandro Marcovich, se trata de entenderlo, saber de qué esta hecho, reconocer la codificación teórica que la da vida, es decir si es armonía mayor, o menor, cuáles son las escalas, las tensiones de las notas y los ritmos de las melodías”.
“Son talleres breves, algunos son de armonías, algunos son para bandas, tengo 15 años transmitiendo conocimiento”.
¿Cómo le gustaría ser recordado por sus alumnos en el futuro?
“Ja, no sé pues que reconozcan que algunas de esas semillitas les sirvió, se trata de provocar más dudas y hacer tarea, siempre les digo que no van a salir del taller sabiendo sino entendiendo cuál va a ser la tarea, que en realidad son muchas, en realidad no enseño nada, comparto métodos de estudio”.