Noche de Folk en la colonia Condesa.
Por: Bernardo Ameneyro Esquivel
Twitter: @nayoameneyro
La noche del miércoles 16 de julio se cumplió el plazo para conocer el proyecto de Xavier Rudd, músico y cantante multi-instrumentista de nacionalidad australiana que ha hecho ruido a nivel internacional con su sonido derivado de estilos aparentemente opuestos como el roots reggae, el funk, el blues y claro el folk. Y claro el sentido festivo de algo más nuestro, me refiero a Los Fontana, la banda de rock folk con apenas 4 años de historia y que en más de una ocasión nos ha involucrado en una verdadera fiesta gitana.
Fueron precisamente Johnny (Voz), Juliet (Sintetizadores), Ro (Guitarras y Ukulele), Eddie (Batería), Robert (Guitarra Electricas) Gary (Tuba y Trombón), Robe (Bajo) y Bicho (Percusiones), integrantes de Los Fontana los encargados de provocar el ánimo del respetable que de a poco se daba cita en El Plaza Condesa para que una vez declarado el momento previo de bajón de luces se permitieran poner atención, lo cual es muy característico de los melómanos amantes del folk que antes de distraerse por las cervezas de mitad de semana, ponen atención a lo que ocurre arriba del escenario con una banda que logró ponerse en el mapa con su primer producción intitulada “Hagámoslo”, mismo que le ha permitido reconocimientos e invitaciones a toda clase de festivales que se complementan con temas como “No tiene caso”, “Dame tiempo”, “El Panteón de los Milagros”, “Gypsy” que por más que cruzamos los dedos para que apareciera el señor Juan Cirerol en escena, no fue el caso, con la última tanda de temas: “Hagámoslo”, “Macaria” y “He Venido ha confesar” la banda terminó de conectar con el respetable que reconoció los temas y los festejó junto con la banda que reconoce el valor del conjunto pues muy pocos se atreven a crear con elementos de rock, cumbia, rap, norteño, raggamuffin y obvio folk.
Luego de que el equipo de instrumentistas acondicionara los elementos para que pudiéramos saludar al también compositor, surfista y activista ambiental ¿es que todo hace bien?; la luz tenue de El Plaza nos permitió reconocer instrumentos como la guitarra Weissenborn y el Didgeridoo lo que permite un sonido muy particular a lo expuesto por Xavier que apuesta a lo básico: instrumentos muy característicos y con mucha historia, un tipo muy inteligente al presumir el instrumento de viento ancestral, utilizado por los aborígenes australianos.
Del set list elegido para la noche, podemos destacar que apuesta de Xavier Rudd no va por cimbrar el lugar donde se presente, aprovechando detalles propios del funk o el reggae, lo que provoca es cimbrarte desde adentro con mensajes positivos que te invitan a disfrutar del momento desde la perspectiva simple de que somos muy afortunados de cruzarnos en el camino y tal fue el caso con el trío del australiano conformado por un bajista, una baterista y él.
“The Mother”, “Follow the Sun”, “Messages”, “The Letter”, “Bow Down”, “Come let go”, “Food in the belly”, “Let Me Be”, “To Let” y “Footprint” pusieron a bailar, cantar con un tipo que más que querer sorprender, parece que quiere ser sorprendido, genera una comunión aparentemente pasiva por su estilo musical, pero en realidad es intensa por el mensaje y la conexión visual con el público lo que le permite reconocer momentos especiales del recital para lograr una sinergia musical con la gente que lo acompaño ya fuera con los coros o con las palmas.
En la recta final los temas elegidos para despedirse fueron: “Time After Time”, “Energy” y “Spirit Bird”.
Estuvo bueno, aprendimos y disfrutamos.