Cátedra de Hard Rock y Glam…
por: Bernardo Ameneyro Esquivel | @nayoameneyro
Fotos: Óscar Villanueva Dorantes / Cortesía
#TheDarknessMx
La noche del pasado jueves 8 de agosto se cumplió el plazo para que millar y medio de almas fueran testigos del regreso de la banda británica a un escenario mexicano, en esta ocasión fue el de El Plaza Condesa que fue incluido como parte de la de la gira trasatlántica “Blast of our kind 2015”, para hacer promoción de su más reciente producción Last of our Kind y claro dar un buen repaso a lo hecho en toda su trayectoria musical desde su memorable álbum debut Permission to Land.
Y tal fue el caso, The Darkness, banda integrada por Justin Hawkins (Voz y Guitarra) y Dan Hawkins (Guitarra), Frankie Poullain (Bajo) y Rufus Taylor (Batería), logro el balance de un setlist harto cumplidor, para darle gusto a todos y empezar a ganar adeptos con lo de reciente manufactura;
Bastaron dos canciones, “Barbarian” y “Growing On Me”, sólo eso para sacudir el inmueble, la energía y oficio del cuarteto británico es envidiable, por momentos cuenta con tres frontman, hacen ver el escenario pequeño, como si fuera cosa fácil ir de un lado al otro y contagiar al público, ya sea con los movimientos corporales harto singulares de Justin Hawkins, quien se quita una prenda a la vez y ni hablar de su voz harto particular, desentonada, carente de ortodoxia; lo apoyan siempre sus compañeros, ya sea con gritos, pidiendo palmas o echando por delante sus instrumentos lo que les genera más ruido por parte del respetable.
Gracias, gracias, gracias…
Give me a “D”
Give me a “arkness”
Mismo caso con “Black Shuck” y “Mudslide” es el puente entre el glam y rock pesado heredado de los 70, con todo el glam y treatralidad de quien parece que hace una ironía de esa herencia pero en realidad lo revoluciona, adaptando el trayecto del sonido en cuatro décadas a su estilo distintivo.
La voz de El Plaza Condesa era una, ‘Darkness! Darkness! Darkness!’ A lo que Justin Hawkins respondió ‘México! México! México!’ mientras recibía nuestra bandera misma que se amarró al cuello a manera de agradecimiento; mejor momento imposible para interpretar una joya: “Givin Up”.
Luego de “Roaring Waters”, continuaron con una tanda de éxitos, “One Way Ticket to Hell… And Back”, rolota, un gran momento, fue todo lo que imaginamos, atascada, divertida, llena de teatralidad, le continuó “Love Is Only A Feeling”, gran ovación luego de que se reconociera el riff inconfundible, icónico de inicio de los 2miles, espectacular de principio a fin, harto sentimental con gran cierre incluido donde todos saltaron desde la estructura de la batería.
El público agradecía con tremendo escándalo, ‘Oe oee oeee oeeee… ¡Darkness! ¡Darkness!’…
Con teclado al centro del escenario otro gran clásico, “Friday Night”, detonante de fiesta, vale madre que día sea o la hora, con el motivo adecuado siempre será fin de semana, continuaron con “English Country Garden”, una verdadera cátedra de ejecución y oficio rockero donde se involucra al público al grado de hacerlo protagonista del espectáculo cuando apoya con sus gritos.
Luego de interpretar “Every Inch Of You”, llegó el momento de un estreno, “Rack Of Glam”, tan nueva que no ha sido publicada y adelantó, sería parte del siguiente álbum; el presumido se dio el lujo de agradecer un regalo del público, una cartota con harto mensaje de amor y brillito.
‘Del año 2003 de tiempos de gloria, aseguró’…, un clasicazo: “Get Yor Hands Off My Woman”, dónde pidió el apoyo del respetable con sus palmas, primero de manera verbal y luego de cabeza, aplaudiendo con sus pies, esta loco el güey, se desvive por mantener la interacción con el público que responde conforme al librito, la relación es cada vez más íntima y claro más exigente.
Luego de que Justin Hawkins, tomara una selfie con el celular de alguien del público, llegó el momento del tema obligado: “I Belive In A Thing Called Love” , una verdadera joya.
Con las emociones a tope, llegó el momento d un respiro, el entretiempo que sirvió para volver a corear el nombre de la banda como porra de equipo de futbol… Oe oee oeee oeeee… ¡Darkness! ¡Darkness!…
De vuelta al escenario, ahora en una especie de chón blanco, se despidieron con otros tres temas: “Open Fire”, “Street Spirit” y “Love on the Rocks”, donde Justin Hawkins, aprovecho para dar un pequeño paseo, en los hombros de alguien, hasta llegar a la parte frontal del escenario, de nuevo al alcance de la gente, en un ejercicio de proxémica donde se rompió todo protocolo de distancia entre él y el público, aventándose de espaldas y arengando al respetable a repetir sus sonidos guturales para amplificarlos y por última vez, ver sí la estructura de El Plaza Condesa aguantaba tanta euforia.