Natalia Lafourcade emocionó “Hasta la raíz” el Teatro Metropólitan.
por: Carlos Halaneo / @JC_Halaneo
FOTOS CORTESIA OCESA
“¡Te amo Natalia!”, fue una de las frases que recibieron a Natalia Lafourcade en el escenario del Teatro Metropólitan, también de las más repetidas durante todo el concierto. Con vestido largo y blanco con hombros dorados, Natalia tenía cierto aire griego. “Para qué sufrir”, interpretada con sólo una guitarra, fue el tema que dio inicio al concierto y que sonó como sentencia para el ánimo que imperó en la mitad del evento: nostálgico, antes sonó “Vámonos negrito” para después continuar con la atmósfera íntima de “Antes de huir”.
El escenario se abarrotó de luces que se hicieron jugar al ritmo de la música; nueve interpretes acompañaron a Natalia, y un décimo apareció para cantar “Hasta la Raíz”: Emmanuel del Real (Meme), quien acompañó la pieza con una jarana y los coros del tema que da título al último disco de la veracruzana, y motivo por el que se reunieron más de 3 mil personas en el foro de la calle Independencia del Centro de la ciudad.
“Ya no te puedo querer”, también del nuevo disco, hizo lucir los metales, que le dieron un tono sensual en conjunto con la interpretación de Natalia: apasionada, intensa. Y luego con el piano, y dedicada a su mamá, Natalia cantó “Palomas Blancas”: “Te pido que se vayan de mí las palomas blancas, la fuerza que hay en sus alas que vuelan sobre montañas”. Después, para “Nunca es suficiente” se uso un audiovisual de fondo, fue también una de las canciones más cantadas y aplaudidas.
Las canciones del nuevo disco se pausaron para “ir un poco a los viejos tiempos”, y se entonó “La fugitiva” que cobró de nuevo el ambiente romántico junto con intensos haces de luz roja que se pasearon en el escenario. “Casa” hizo viajar un poco más atrás en el tiempo y también a que los asistentes ovacionaran la canción desde los primeros acordes. Después continuó con las canciones de Agustín Lara: “Amor de mis amores”, que antes de cantarla, Natalia recomendó cuidar a la pareja: “porque es difícil encontrar a una en estos tiempos”, dijo.
“Amarte Duele” fue recibida con mucha emoción, y tal vez nostalgia, desde la referencia a la película del mismo título hasta los años transcurridos desde entonces, fueron motivo para que la gente la recibiera con entusiasmo. “Un pato que va cantando alegremente, cuac, cuac” (de la canción “Un Pato”), dio un giro a la atmósfera: más alegre y de baile. Las palmas y el sonido de la trompeta complementaron la canción que bailaba Natalia en el escenario.
“En el 2000”: “ya no soy, ya no soy”, cantada, bailada y gritada, sonó como sentencia de la evolución musical de Natalia, con nuevos arreglos y una voz más elegante. Continuando con los temas del disco Hasta la raíz, sonaron “Te quiero ver” y “Mi lugar favorito”, en esta última, el público se puso de pie a petición de la cantante, y aprovechando que el ritmo alegre de la canción se presta para el baile, los músicos y ella lo hicieron acompañados de las palmas de la gente; con sus siluetas proyectadas en el fondo del escenario en contraluces. “Ustedes son mi lugar favorito en este mundo”, dijo antes de finalizar la pieza ahora derrochando sensualidad hasta el piso, literal, porque ella y los músicos terminaron en el entarimado como parte de su coreografía.
Meme regresó al escenario para interpretar “Limosnas”. Después sonó “Aventurera”, también del disco homenaje a Agustín Lara. Del 2009, y del disco Hu hu hu., Natalia cantó “Ella es bonita”, que corearon entre gritos los asistentes. En una versión más larga, la veracruzana invitó a algunos de sus seguidores al escenario, quienes emocionados bailaron la parte final de la canción.
En la recta final, Natalia interpretó “Estoy lista” y “No más llorar”, canción dedicada a México, país que tiene cosas muy positivas a pesar de la actual situación, dijo. Ante la petición de sus fans a volver al escenario, Natalia regresó para cantar “Cucurrucucú Paloma”, que “es una de las canciones que más me han inspirado, y sólo había interpretado en mi casa”, dijo entre risas. Finalmente, “Azul” fue la pieza con que se despidió la cantante de la primera de tres presentaciones pactadas en el Teatro Metropólitan.